EL 21  DE DICIEMBRE EN EL
SOLSTICIO DE VERANO 
Joven Yatiri de los Q’irus realizará un
ritual en el Usnu Muqu” ´- Tamburco
Será organizado por la Asociación  Cultural “Pachakuyaq Ayllu” de Abancay. 
Informa: P.A  Wilman Caichihua
Robles
Ya se encuentra en Abancay el joven Yatiri  o “Yachaq” de la Nación Q’irus, Roger Sierra
Quispe  de tan sólo de 22 años de edad,
que  realizará el ritual del “Qaywakuy” a
los Apus  y la Pachamama en el  “Usnu 
Muqu”  de Tamburco,  ancestral centro  ceremonial de los Incas, el próximo 21 de
diciembre; encuentro que está siendo impulsado por la Asociación Cultural
Indígena “Pachakuyaq Ayllu” de Abancay-Apurímac.
El Yatiri Roger Sierra manifiesta, que esta
sabiduría se trasmite de generación tras generación, quiere decir que él
aprendió de su papá Teófilo  quien fue
discípulo de Valentín Apaza Huamaní, sacerdote mayor de la Nación Q’irus,
heredero  directo de  la espiritualidad  andina de los inkas.
Se inició en la ritualidad andina a los 11 años por
iniciativa y participación vivencial, caminando junto a su padre en los
diferentes pueblos donde era solicitado; ya a los 16 años pudo  tener autonomía  sólo cuando su padre consultando a la coca
sagrada le entregó en  una ceremonia  especial y a media noche  en la cima, al Apu Machu  Qawalaqar, 
quien desde ése día se convirtió en su protector, maestro y guía.
EL 21 NO ES
EL FIN DEL MUNDO. Le preguntamos sobre lo que piensa del  fin del mundo  que se está vaticinado, esto es lo que dijo: “Manan
munduq tukuyninchu, aswanmi qapaq tukusqakunaq 
tukukuynin qallariyninllaraqmi; nuqanchispaqa pachakutin kutimunña
kaqmanta qatarinanchispaq, arí kanqan chikan llakikuykuna,  ichaqa manan pachamamanchisqa ni intipas  tukupunqachu, nuqanchistaqa quyakuwanchismi,
wawan kaqtinchis rayku” (No es el fin del mundo, sólo es el inicio del fin
de  éste 
sistema,  del tiempo de la
supuesta modernidad;  para nosotros es el
regreso del Pachakutiq, o sea el cambio en 
la tierra para que nos levantemos nuevamente, claro que pasará algunos
pequeños acontecimientos  de tristeza,
pero, nuestra madre tierra ni el sol no se va acabar, a nosotros nos aman  demasiado, porque somos sus hijos.
Finamente,  expresando una  inmensa alegría de encontrar  a muchos hermanos de la cultura andina en
Apurímac, envió  un saludo a la distancia
a su Ayllu que están en los anexos de Quchamuqu y Challmachimpana  que no son sólo Qirus, sino que también están
allí como parte de su familia las extranjeras, Hannah, Kana,  Holly 
y el profesor de física andina Jesús Ríos Mencia, quienes han hecho
posible en esos  lares sobre los 4000 mil
metros de altura,  el funcionamiento de
una escuela y un colegio étnico comunitario, donde se imparte los conocimientos
ancestrales y la espiritualidad  andina.
