lunes, 17 de junio de 2013

NUEVO ROL DEL DOCENTE EN LAS ESCUELAS DEL FUTURO


¿Cuál es el  nuevo escenario pedagógico con los cambios culturales que la tecnología nos trae? En nuestro país, si bien nos encontramos a cierta distancia de las posibilidades incalculables  de los  adelantos tecnológicos; sin embargo,  progresivamente van conformando la realidad escolar de maestros y alumnos. Alumnos que chatean desde sus casas, a través de sus teléfonos, pasillos de escuelas con adolescentes creando una atmósfera propia sumergidos en los auriculares de sus mp3 y resoluciones a exámenes que se encuentran en Internet,  son solo algunas de las modificaciones culturales que trajo el avance de las nuevas tecnologías y de ahí lo que se convierte en una necesidad: el nuevo rol del docente.
 
El Internet en estos momentos, pasa a ser el primer recurso al momento de buscar información y de esta manera se accede al conocimiento. ¿Y el docente? ¿En qué lugar queda situado en este nuevo mapa? Tal como expresa Susan de Angelis al hablar de “Juegos y nuevas tecnologías” que, no se trata de renunciar al rol de enseñante sino de reconocer la asimetría en relación con el saber, “recuperar la humildad pedagógica que obliga a desestimar que todo pueda ser previsto y anticipado. Supone aceptar y aprender a trabajar con la incertidumbre en relación a los tiempos, a los espacios, a los logros…”

Ya lo ha dicho Edgar Morín “La educación debe hacer suyo el principio de incertidumbre, tan válido para la evolución social como la formulación del mismo por Heidelberg para la Física. La historia avanza por atajos y desviaciones y, como pasa en la evolución! biológica, todo cambio es fruto de una mutación, a veces de civilización y a veces de barbarie. Todo ello obedece en gran medida al azar o a factores impredecibles.




El uso de la tecnología para los docentes es una incertidumbre porque tiene mucha desventajas y riesgos, pero, de una cosa debemos estar de acuerdo, que la tecnología debe favorecer el aprendizaje, el docente debe estar preparado para aceptar la multiplicidad de respuestas ante una pregunta, para escuchar las inquietudes que surjan en el grupo, para poder mediar en una discusión, para poder coordinar el trabajo, para poder mostrarse como alguien que no tiene una verdad única y que a su vez que enseña continúa aprendiendo y construyendo su propio conocimiento en la tarea cotidiana.


Sin duda, el docente se encuentra situado en un nuevo rol ante el avance progresivo de los alumnos en el dominio de las nuevas tecnologías, la actualidad irrumpe en las aulas más allá de la temática que se esté abordando, múltiples miradas para un mismo objeto y un objetivo.

Un maestro relataba: “Es increíble mira, el otro día en un trabajo en grupo estábamos en la sala de computación buscando material para ciencias sociales y de repente surgió de uno de los grupos que entró a la página de un diario el tema del campo y el gobierno, cambiamos  nuestro trabajo,  pero fue buenísimo el grado de participación que se generó en los chicos, empezaron a discutir,  plantear y debatir  sus puntos de vista, terminó siendo un debate super productivo y si bien no era lo que buscábamos, dentro de todo era de ciencias sociales, hubiera sido imposible no tomar lo que surgía del grupo…

Entre una de nuestras  tareas como  nuevo docente,  es fundamental enseñarles a los alumnos  a convertirse en lectores críticos del material que seleccionan, la fuente de la cual proviene la información, en la validación que se hace de los temas. (Burbulles y Callister, “Educación, riesgos y promesas de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, 2002) 

Ahora bien, no es lo mismo ser usuario de PC que poder transmitir a los alumnos el “buen uso” de lo tecnológico como recurso para buscar información, seleccionarla, clasificarla, transmitirla, constituirla en herramienta de aprendizaje. ¿Cómo se logra esto? En una entrevista, Manuel Castells  plantea que el eje fundamental se encuentra en la formación docente: “Un maestro reciclado para satisfacer la demanda”.

Castells precisa que el maestro sigue siendo el eje del sistema educativo,  es quien genera el vínculo con los estudiantes, quien los motiva para acceder a determinados conocimientos que se convierten en aprendizajes gracias a las herramientas facilitadoras que les brindan y el intercambio en la tarea pedagógica.

 Los alumnos ya conocen Internet, incluso dominan su uso en algunos casos con mayores conocimientos que los adultos, pero necesitan que se los encuadre y se los oriente en su uso. Introducir nuevas tecnologías en las escuelas no implica alfabetización tecnológica asegurada si no se acompaña de cambios organizativos en las mismas y en la formación de los maestros para poder adaptarse a la nueva sociedad de la información.
 "La tarea del docente es cada vez más  difusa”.
Pero, no sólo se trata de la tecnología, Rodrigo Ruay Garces nos dice:
Desde hace algunas décadas, se están realizando estudios que tratan de  explorar el potencial de los profesores y profesoras como agentes de  transformación social, como lideres gestores de cambio, como profesionales  emancipadores del curriculum. En esta línea se resalta que el profesor trabaja en  un mundo en cambio, “postmoderno”; pocos contradecirían que el carácter y las exigencias del trabajo del profesor han cambiado profundamente con el correr de  los años. Para mejor o peor la enseñanza ya no es lo que era. Ahí están las necesidades de los alumnos de educación especial de aulas comunes que hay  que satisfacer. Los programas curriculares están en constante cambio, a medida  que se van multiplicando las innovaciones van aumentando las presiones por los  resultados, tanto a nivel interno de la escuela como a nivel externo de la familia y  de la sociedad. Los padres quieren que los profesores le presten más atención a sus hijos y los estudiantes necesitan que el profesor los escuche y le dedique más tiempo a sus problemáticas personales. La tarea del docente es cada vez más  difusa”.

También Herrán afirma que la tarea profesional  docente conlleva condicionamientos  afecto cognitivos de los más variados tipos: personales, conceptuales, procedimentales, actitudinales y normativos, que matizan toda clase de contenidos mentales”.


"Hay que abordar el rol del maestro en la escuela de hoy y del mañana  desde el paradigma de la complejidad y la incertidumbre."
Finalmente,  hay un consenso  amplio sobre el cambio de sentido y  significados que ha experimentado el trabajo del docente, según Hargreaves los siguientes son las explicaciones más recurrentes a esta problemática: la profesionalización y  la intensificación. Los argumentos de un mayor profesionalismo del profesor  insisten en la profesionalidad del docente en cuanto a su rol de maestro,  esto  claramente vinculado a los procesos de reforma curricular que se están viviendo en los países, lo que les está demandando un perfeccionamiento continuo y mayor ejercicio de su liderazgo pedagógico en la escuela.

Mientras que la  intensificación  se refiere al  trabajo de los profesores por ejemplo con la reforma curricular,  la proliferación de tareas administrativas, la creación de  materiales didácticos y de instrumentos de evaluación siguiendo muchas veces  esquemas poco creativos, donde los trabajos se hacen sólo para dar cumplimiento a  los mandatos administrativos.


En resumen, hay que abordar el rol del maestro en la escuela de hoy y del mañana  desde el paradigma de la complejidad y la incertidumbre.
(Escrito por: Kuntur) 

Wayrawasipi Yachaywasinchik N° 02 2024