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Estuvimos en su velorio |
Al frontis de la Catedral de Abancay |
La partida de entre nosotros del maestro de maestros Federico Latorre Ormachea nos duele y nos pesa en el fondo de nuestra alma de quienes lo conocimos y compartimos sus ideales, su pasión por escribir, su cariño profundo por los niños y los jóvenes, sobre todo el inmenso amor por el pueblo marginado, olvidado y silenciado.
Él dio voz
a los niños pobres, él le dio palabra al hermano campesino olvidado, le dio vida a la humilde
mujer de los pueblos en sus
obras, hombre íntegro forjador de
ideales y valores, sencillo en su hablar
y en su caminar, luchador incansable por
las causas justas del pueblo y denunciador de los atropellos y las injusticias.
Homenaje póstumo al frontis del municipio provincial |
Incansable investigador de nuestras raíces culturales,
viajaba con acémila o a pie, horas bajo
el intenso calor de las quebradas y el frío cortante de las punas, para adentrase
en el corazón de los pueblos y quedarse a observar, indagar y escribir sobre la
expresión cultural genuina de los
pueblos de las diversas provincias de la Región de Apurímac.
Cuando llegaba a la capital de un
distrito lo primero que hacía era preguntar
si existía o no una biblioteca
comunal o municipal en ese pueblo, explicaba a sus seguidores manifestando que un pueblo sin biblioteca es un pueblo sin
alma ni espíritu, ojalá en memoria al maestro Federico en cada pueblo se cree una biblioteca comunal con sus libros y de
otros escritores apurimeños.
Dicen sus discípulos con el llanto contenido en la garganta, “Ahora
quien nos cobijará en su hogar con un
consejo y una sabia enseñanza de la
vida, quien nos dará fuerza, paz y valor en los momentos difíciles de la vida,
ahora Hernán y el Chillico quizá quedan como los únicos pilares
de esas generaciones de artistas que están con ansias de aprender y seguir el camino que nos ha legado nuestro querido y recordado Maestro de Maestros”.
Genaro, el discípulo más querido
junto con sus amigos, hermanos y el círculo de artistas que aprendieron con el
Maestro lloran su ausencia, sienten que
se han quedado solos, pero se arman de valor
y dicen que seguirán con la obra
que ha empezado el Maestro Federico; y es verdad, al
verlos a estos jóvenes como actúan, al
escucharlos cómo se expresan, cómo
argumentan sus pensamientos tenemos la esperanza que la obra de Latorre Ormachea
jamás se desvanecerá en el tiempo.
El 09 de Octubre el recorrido hacia tu última morada fue largo y
pausado en medio de una manifestación popular y espontánea del
pueblo, tus verdaderos amigos te llevaron por las calles por donde gustabas
caminar en vida, leyeron tus escritos y
arengaron tu nombre; luego en la iglesia
central de Abancay oficiaron una misa,
asimismo, se sumó
la Municipalidad Provincial con
un homenaje póstumo , también la UNAMBA y el Gobierno Regional, hubo presencia
mayoritaria de jóvenes y estudiantes que
te acompañaron, maestro, hasta tu última morada.
Los discursos fueron
conmovedores que hicieron derramar lágrimas de los familiares y amigos más cercanos, ya
en la penumbra de la noche bajo el marco musical de Wiltamaru y los Mariachis
todos te dimos el adiós para siempre, no te quisiste ir, porque
tuvieron que sacarte del nicho escogido y
colocarte en otro más espacioso donde te sientas más cómodo y sigas escribiendo, soñando y dándonos
fuerza para seguir bregando en
la vida, ¡hasta siempre!, Maestro Fico, porque tu nombre ya es patrimonio e inmortal para siempre y ejemplo de vida para las
futuras generaciones.
SENTIDAS PALABRAS DE TUS DISCÍPULOS Y AMIGOS
En el último adios, tus discípulos y tus amigos más cercanos con lágrimas en los ojos, con el corazón en las manos expresaron sentidas palabras que quedarán para la posteridad y marcarán el derrotero del destino de cada uno de ellos.
Hernán Hurtado Trujillo:
"Estamos tus amigos, el pueblo que tu haz querido y te haz ganado su cariño; realmente, el cielo es un pequeño pañuelo, para limpiar nuestras lágrimas, sólo tenemos el amor contra la muerte, mientras el olvido no nos sepulte. Tú que haz compartido tu vida con nosotros, viviremos en tu palabra, en cada una de tus obras. Hasta siempre, gran maestro forjador de la palabra infatigable y quinquillero de las letras, viviremos en tus obras y leeremos línea por linea todo lo que haz escrito. Maestro, hasta siempre."
Wilber Tamayo "Wiltamaro" y Willy Contreras nuestros músicos representativos de Apurímac, te cantaron la siguiente canción que hizo temblar las fibras del alma, en el último adiós que te dimos ya en la penumbra de la noche.
No quiero duelo cuando yo muera
Tampoco llanto cuando me vaya,
Yo quiero un epitafio que diga:
"Aquí yace los restos de un abanquino".
Adiós amigos, tierra querida,
Adiós amarga, amarga vida.
Con guitarras y charangos yo de vivir,
Recordando que luchaste y cantaste con ellos.
Cuando me vaya quieron canciones,
sólo canciones no fríos discursos.
Cantaré del más allá con mis amigos,
siempre seré para mi tierra querida.
Imaraq wañuyqa,
Qaykaraq ripuyqa
Saynachallatan ripusaq,
Saynachallatan pasasaq.
Que triste es la vida,
Más triste es la muerte,
Así no más moriremos,
Así no más nos iremos.
Tus alumnos llegaron desde Tintay para cantarte con su arpa y violín. Ellos son la semilla que sembraste en los pueblos profundos de Apurímac:
Ay wawqillay maytataq rinki,
manay kutimuq, mana vueltamuq. (Kutiy)
Intiru llaqtata purispaypas
manaña qanwan tupanaypaq.(Kutiy)
Imañataq kay vidari,
imañataq kay suertiyri.(Kutiy)
Llaqtan, llaqtan llaqtan maskaspaypas,
manaña qanta tarinaypaq.(Kutiy)
Waqayllan waqayanawachkan,(Kutiy)
kaykunapi purisqaykita yurarispa.(Kutiy)
Humberto Collado tu amigo entrañable sollozando sólo alcanzó a decir:
"Él fué mi consuelo y mi paz, ahora a dónde iré, adiós hermano."
César Aguilar, más conocido como "Chillico", un hombre con profunda sensibilidad humana y social fue quizá el que más ha sentido tu partida:
"En aquellas épocas cuando ni siquiera sabíamos hablar ni escribir, cuando recien empezaba mis estudios de arte, necesitabamos de una persona mayor y el Maestro Federico nos recibió con los brazos abiertos, desde allí, mantuvimos una permanente y profunda amistad a través del arte, del compartir de la vida misma, siempre hemos estado juntos en todas las actividades que hemos realizado.
Hasta hoy, no he encontrado como el maestro Federico, que ha apoyado a todos aquellos que han tenido una actitud al arte o una propuesta; siempre nos orientaba y lo ha hecho a muchas generaciones dentro y fuera de las aulas.
Con su liderazgo hemos formado una asociación que ha integrado a muchos artistas, fotógrafos, músicos y profesionales, etc y hemos realizado muchas actividades y se han venido integrando los jóvenes que aman el arte. Hemos formado éste grupo numeroso para seguir trabajando por el arte y la cultura abanquina y apurimeña.
Con sus propios peculios hacía el esfuerzo de representar a abancay -Apurímac en eventos nacionales e internacionales. El aporte del Maestro Federico es grande, es invalorable, hombres como él aparecerán en Apurímac de acá a 50 o 100 años, es un hombre de mucha valía.
Federico, sabía que vivimos en país fracmentado entre un Perú oficial y no oficial y, por eso, el ha dado valor a los pobres, ha dado voz a los marginados, esto nos damos cuenta, revisando sus obras.
Con Federico, hemos organizado las actividades más importantes de la cultura, como el Encuentro Nacional de escritores y el Congreso Internacional en Homenaje al Centenario de Nacimiento de José María Arguedas, lo realizamos cuando nadie apostaba ni apoyaba.
Esta muerte nos acongoja, nos pesa, nos duele; solamente, ahora que está muerto, sólo nos queda seguir su camino, su ejemplo y su obra que aún falta culminarla, esa es creo nuestra misión que debemos cumplir los artistas para que perdure por siempre su nombre en la memoria colectiva de los pueblos".
Genaro Cahuana Orihuela, tal vez tu discípulo más querido, el que tradujo al quechua dos de tus libros, el que te acompañaba en tus andares a los pueblos,el que acudía a ti para recibir un consejo, con el sentmiento profundo de un hijo espiritual dijo:
" Achachilanchiskunan kunan waqachkan, wamaninchiskuna, awkinchiskunan waqachkan, mayukunapas, urqukunapas waqachkanmi; Maestro Federico kutimuyraq, qamuy aqataraq upyaritamuy, Maestro Federico chay makiykita qaywarimuwaykuraq, kaypin waqcha wawakuna, wawqiykikuna waqachkan, Maestro Federico amaraq ripuyraqchu, llaqtan waqachkan, kunturpas manan phawayta munanñachu, ritikunapas chullurpaytan munachkan, hanaq pachamanta pacha kay waqchakunaq wiqinwan sumaqta qillqarimuy, sumaq willakuypi, harawikunapi. Maestro Federico, amaraq ripuyraqchu."
"Donde no fue querido Federico, la mujer que vendía chicha le decía: Yaw Federico,hamuy kay aqayta upyaykatamuy, chaymantaña chay libroykikunataqa qatumuchkanki, así le decía los más humildes, los más pobres; en todas sus obras están los niños olvidados cantando y bailando; maestro, así seguirás cantando y bailando alegremente en el corazón de las futuras generaciones".
Grecia Bárraga, la que aprendió de tus sabias enseñanzas desde muy pequeña resumió su cariño hacia ti, recordó tus palabras:
"Hija, ante todo está la responsabilidad, lucha por tu meta, piensa con determinación y practica la puntualidad."
Eduardo Castillo Ortiz, al quien lo ví junto con su grupo de teatro por primera vez actuando en aquel encuentro de amistad de Perú - Cuba en la Ciudad de Abancay, me emocioné mucho y luego entendí que tu maestro los guiabas y, así lo ratificó Eduardo al decir:
"Yo lo conocí cuando tenía 13 o 14 años, desde entonces, andaba junto a él cargando sus libros para ayudar a venderlos o exponerlos, él Maestro tenía mucho amor a los demás, creo que eso va perdurar para siempre. Ese arte popular que forjó el Maestro tiene que continuar. Sólo que ahora nos hemos quedado solos; pero, tenemos a Hermán y César nuestros únicos guías, iremos a sus casas, invadiremos su espacio para seguir avanzando."
Hay muchas voces de niños, jóvenes y adultos que dicen: "Nos comprometemos a continuar su camino", "Seguiremos con la revolución cultural", "Gran maestro, estás más vivo y presente", "Eres el más grande de los miguel grauinos", "Talante gran escritor de genuino talento", etc.
Mis palabras finales para ti maestro:
Me enteré de tu muerte, Maestro, por intermedio de mi amigo Miguel Huacre, por ello fuí a tu velorio, no podía faltar, porque te tuve un gran aprecio y cariño, porque cuando regresé casi de la muerte por cumplir mi tarea periodística aquel diciembre del 2006 del "Abancaylazo", me diste fuerza y valor para seguir en los ideales que labramos con sacrificio de estar siempre al lado del pueblo, dando voz a los silenciados y democratizando la información, esos son los valores que reafirmé con tus sabias enseñanzas.
Aquella noche, en tu velorio, en un local ubicado al frente del Gobierno Regional, vi a tus verdaderos amigos y familiares, estaban los jóvenes, tus promociones, tus discípulos, asimismo, sindicalistas, vecinos de los barrios populares, un par de periodistas entrevistando, cantó Wiltamaru con su guitarra, llegaron tus alumnos de Tintay con su arpa y violín, leyeron las misivas sentidas que te mandaron tus amigos escritores y te dedicaron varias poesías y harawis, mientras llegaban más gente del pueblo a saludarte acercándose a tu féretro que a través del cristal mirando al hanaq pacha les decías, hasta pronto hermnanos, luego de saludarte tus amigos y amigas se acercaban a hojear los libros que escribiste con tanto amor y dedicación por más de 40 años.
Al día siguiente, en radio de Tarpuy de Pichirhua donde trabajo y en contacto con Radio Inka Tropical y en enlace a través del teléfono con Javier Ustúa que se encuentra en Challhuahuacho te hicimos un especial homenaje póstumo, porque esto y mucho más te los mereces.
Pasado el medio día, de retorno a la ciudad, te alcancé con cámara en mano frente a la comisaría de la Calle Lima, estaban tus amigos artistas, escritores y músicos, pero, era un grupo reducido, que en cada lugar donde gustabas estar o visitar, leyeron tus escritos, las cartas que te enviaron o los versos escritos por tus discipulos y tras de ellos estabas en tú féretro sobre una camioneta en medio de flores y coronas, decía, como es que el gran maestro no estaba paseando en hombros del pueblo, podía ser el pueblo tan ingrato; estabas ya ahí, después de despedirte de tu casa, luego cuando llegamos a la puerta del mercado Huanupata algunas humildes mujeres salieron a curiosear y otros a despedirse de don Fico como lo concían ellas.
Me dije a mí mismo y, creo que también así lo sentían tus amigos que te habían llevado por las calles de Abancay, que en la plaza de armas te estaba esperando una multitud, pero no fue así, sólo una banda de músicos levantó un velo triste en el ambiente, aún más triste se tornó en nuestros corazones cuando en la puerta de la iglesia había unos cuantos abanquinos y abanquinas, una sóla delegación de colegios y unos cuantos jóvenes que alistaban en cuatro llikllas tus libros, ante éste cuadro, vi el espíritu quebrantado de "Chillico" que regaba a raudales lágrimas gruesas sobre su rostro, incluso ya dentro de la iglesia sentado sobre una banca seguía sollozando, me acerqué para darle fuerza y luego lo hizo Genaro que después me dijo: " No me gustaría morir así, puede ser tan ingrato el pueblo con un hijo que ha dado todo por ellos", le dije, los buenos y grandes casi siempre son olvidados, hasta que con el tiempo recién será verdaderamente reconocidos.
Durante la misa, llegaron un poco más, entre ellos, delegaciones de estudiantes de diversos colegios, representantes de algunas insituciones, vi a lo lejos la discreta presencia del Presidente Regional Elías Segovia y su círculo, luego, en el trayecto al cementerio nunca más apareció.
Al salir de la iglesia, fue grande la emoción al ver que la multitud estaba esperando para acompañar al gran maestro, todos nos confudimos en medio de los discursos, las arengas, la música triste y el aroma de las flores llevadas por las manos delicadas de las jóvenes estudiantes.
He escuchado la voz firme de tu hija en la puerta del municipio pidiendo al alcalde que apoye en vida a los artistas y forjadores de la cultura apurimeña, palabras que arrancó sendos aplausos de los presentes; mientras que, el alcalde Noe Villavicencio luego nos instó a que nos comprometamos a leer más junto con nuestros hijos, dijo que el Maestro Federico Latorre Ormachea jamás dejará de existir; en ese mismo lugar estuvo presente el maestro Hermógenes Rojas otro de nuestros máximos exponentes de la literatura abanquina - apurimeña.
También, al frontis de la sede administrativa de la UNAMBA en la Av. Arenas te rindieron un homenaje, donde los estudiantes en coro leyeron tus libros y Amalia esposa de "Yaku" te cantó con voz dulce, suave, triste y penetrante, el "Aya Taki" de despedida al estilo de su pueblo que nos hizo llorar y sollozar a muchos que vamos a extrañarte.
Ya en la puerta del cementerio de Condebamaba, la profesora Marilú Borda en representación del Gobierno Regional entregó un reconocimiento a los famliares, ahí habló tus promociones el Sr. Soria y el profesor Abdón Concha y lo más emocionante fue ver en esta despedida al "Sureñito" que dijo: "Papá, sólo me estás adelantando, hasta pronto." y luego cantó un carnavalito que te gustaba mucho.
Fue, largo y pausado el caminar desde la iglesia hasta el cementerio en medio de discursos, remembranzas y muestras de cariño a ti maestro, ya bajo el manto de la noche entraste rumbo a tu morada eterna en medio de la música de los mariachis y la guitarra de Wiltamaru y Willy, es verdad como dicían en el momento de que no entraba tu ataúd al nicho que, todavía no era la hora de tu partida, pero, ya haz tomado la delantera inesperada, hasta siempre, maestro Federico, la semilla que sembraste pronto florecerá.
Hernán Hurtado Trujillo:
"Estamos tus amigos, el pueblo que tu haz querido y te haz ganado su cariño; realmente, el cielo es un pequeño pañuelo, para limpiar nuestras lágrimas, sólo tenemos el amor contra la muerte, mientras el olvido no nos sepulte. Tú que haz compartido tu vida con nosotros, viviremos en tu palabra, en cada una de tus obras. Hasta siempre, gran maestro forjador de la palabra infatigable y quinquillero de las letras, viviremos en tus obras y leeremos línea por linea todo lo que haz escrito. Maestro, hasta siempre."
Wilber Tamayo "Wiltamaro" y Willy Contreras nuestros músicos representativos de Apurímac, te cantaron la siguiente canción que hizo temblar las fibras del alma, en el último adiós que te dimos ya en la penumbra de la noche.
No quiero duelo cuando yo muera
Tampoco llanto cuando me vaya,
Yo quiero un epitafio que diga:
"Aquí yace los restos de un abanquino".
Adiós amigos, tierra querida,
Adiós amarga, amarga vida.
Con guitarras y charangos yo de vivir,
Recordando que luchaste y cantaste con ellos.
Cuando me vaya quieron canciones,
sólo canciones no fríos discursos.
Cantaré del más allá con mis amigos,
siempre seré para mi tierra querida.
Imaraq wañuyqa,
Qaykaraq ripuyqa
Saynachallatan ripusaq,
Saynachallatan pasasaq.
Que triste es la vida,
Más triste es la muerte,
Así no más moriremos,
Así no más nos iremos.
Tus alumnos llegaron desde Tintay para cantarte con su arpa y violín. Ellos son la semilla que sembraste en los pueblos profundos de Apurímac:
Ay wawqillay maytataq rinki,
manay kutimuq, mana vueltamuq. (Kutiy)
Intiru llaqtata purispaypas
manaña qanwan tupanaypaq.(Kutiy)
Imañataq kay vidari,
imañataq kay suertiyri.(Kutiy)
Llaqtan, llaqtan llaqtan maskaspaypas,
manaña qanta tarinaypaq.(Kutiy)
Waqayllan waqayanawachkan,(Kutiy)
kaykunapi purisqaykita yurarispa.(Kutiy)
Humberto Collado tu amigo entrañable sollozando sólo alcanzó a decir:
"Él fué mi consuelo y mi paz, ahora a dónde iré, adiós hermano."
César Aguilar, más conocido como "Chillico", un hombre con profunda sensibilidad humana y social fue quizá el que más ha sentido tu partida:
"En aquellas épocas cuando ni siquiera sabíamos hablar ni escribir, cuando recien empezaba mis estudios de arte, necesitabamos de una persona mayor y el Maestro Federico nos recibió con los brazos abiertos, desde allí, mantuvimos una permanente y profunda amistad a través del arte, del compartir de la vida misma, siempre hemos estado juntos en todas las actividades que hemos realizado.
Hasta hoy, no he encontrado como el maestro Federico, que ha apoyado a todos aquellos que han tenido una actitud al arte o una propuesta; siempre nos orientaba y lo ha hecho a muchas generaciones dentro y fuera de las aulas.
Con su liderazgo hemos formado una asociación que ha integrado a muchos artistas, fotógrafos, músicos y profesionales, etc y hemos realizado muchas actividades y se han venido integrando los jóvenes que aman el arte. Hemos formado éste grupo numeroso para seguir trabajando por el arte y la cultura abanquina y apurimeña.
Con sus propios peculios hacía el esfuerzo de representar a abancay -Apurímac en eventos nacionales e internacionales. El aporte del Maestro Federico es grande, es invalorable, hombres como él aparecerán en Apurímac de acá a 50 o 100 años, es un hombre de mucha valía.
Federico, sabía que vivimos en país fracmentado entre un Perú oficial y no oficial y, por eso, el ha dado valor a los pobres, ha dado voz a los marginados, esto nos damos cuenta, revisando sus obras.
Con Federico, hemos organizado las actividades más importantes de la cultura, como el Encuentro Nacional de escritores y el Congreso Internacional en Homenaje al Centenario de Nacimiento de José María Arguedas, lo realizamos cuando nadie apostaba ni apoyaba.
Esta muerte nos acongoja, nos pesa, nos duele; solamente, ahora que está muerto, sólo nos queda seguir su camino, su ejemplo y su obra que aún falta culminarla, esa es creo nuestra misión que debemos cumplir los artistas para que perdure por siempre su nombre en la memoria colectiva de los pueblos".
Genaro Cahuana Orihuela, tal vez tu discípulo más querido, el que tradujo al quechua dos de tus libros, el que te acompañaba en tus andares a los pueblos,el que acudía a ti para recibir un consejo, con el sentmiento profundo de un hijo espiritual dijo:
" Achachilanchiskunan kunan waqachkan, wamaninchiskuna, awkinchiskunan waqachkan, mayukunapas, urqukunapas waqachkanmi; Maestro Federico kutimuyraq, qamuy aqataraq upyaritamuy, Maestro Federico chay makiykita qaywarimuwaykuraq, kaypin waqcha wawakuna, wawqiykikuna waqachkan, Maestro Federico amaraq ripuyraqchu, llaqtan waqachkan, kunturpas manan phawayta munanñachu, ritikunapas chullurpaytan munachkan, hanaq pachamanta pacha kay waqchakunaq wiqinwan sumaqta qillqarimuy, sumaq willakuypi, harawikunapi. Maestro Federico, amaraq ripuyraqchu."
"Donde no fue querido Federico, la mujer que vendía chicha le decía: Yaw Federico,hamuy kay aqayta upyaykatamuy, chaymantaña chay libroykikunataqa qatumuchkanki, así le decía los más humildes, los más pobres; en todas sus obras están los niños olvidados cantando y bailando; maestro, así seguirás cantando y bailando alegremente en el corazón de las futuras generaciones".
Grecia Bárraga, la que aprendió de tus sabias enseñanzas desde muy pequeña resumió su cariño hacia ti, recordó tus palabras:
"Hija, ante todo está la responsabilidad, lucha por tu meta, piensa con determinación y practica la puntualidad."
Eduardo Castillo Ortiz, al quien lo ví junto con su grupo de teatro por primera vez actuando en aquel encuentro de amistad de Perú - Cuba en la Ciudad de Abancay, me emocioné mucho y luego entendí que tu maestro los guiabas y, así lo ratificó Eduardo al decir:
"Yo lo conocí cuando tenía 13 o 14 años, desde entonces, andaba junto a él cargando sus libros para ayudar a venderlos o exponerlos, él Maestro tenía mucho amor a los demás, creo que eso va perdurar para siempre. Ese arte popular que forjó el Maestro tiene que continuar. Sólo que ahora nos hemos quedado solos; pero, tenemos a Hermán y César nuestros únicos guías, iremos a sus casas, invadiremos su espacio para seguir avanzando."
Hay muchas voces de niños, jóvenes y adultos que dicen: "Nos comprometemos a continuar su camino", "Seguiremos con la revolución cultural", "Gran maestro, estás más vivo y presente", "Eres el más grande de los miguel grauinos", "Talante gran escritor de genuino talento", etc.
Mis palabras finales para ti maestro:
Me enteré de tu muerte, Maestro, por intermedio de mi amigo Miguel Huacre, por ello fuí a tu velorio, no podía faltar, porque te tuve un gran aprecio y cariño, porque cuando regresé casi de la muerte por cumplir mi tarea periodística aquel diciembre del 2006 del "Abancaylazo", me diste fuerza y valor para seguir en los ideales que labramos con sacrificio de estar siempre al lado del pueblo, dando voz a los silenciados y democratizando la información, esos son los valores que reafirmé con tus sabias enseñanzas.
Aquella noche, en tu velorio, en un local ubicado al frente del Gobierno Regional, vi a tus verdaderos amigos y familiares, estaban los jóvenes, tus promociones, tus discípulos, asimismo, sindicalistas, vecinos de los barrios populares, un par de periodistas entrevistando, cantó Wiltamaru con su guitarra, llegaron tus alumnos de Tintay con su arpa y violín, leyeron las misivas sentidas que te mandaron tus amigos escritores y te dedicaron varias poesías y harawis, mientras llegaban más gente del pueblo a saludarte acercándose a tu féretro que a través del cristal mirando al hanaq pacha les decías, hasta pronto hermnanos, luego de saludarte tus amigos y amigas se acercaban a hojear los libros que escribiste con tanto amor y dedicación por más de 40 años.
Al día siguiente, en radio de Tarpuy de Pichirhua donde trabajo y en contacto con Radio Inka Tropical y en enlace a través del teléfono con Javier Ustúa que se encuentra en Challhuahuacho te hicimos un especial homenaje póstumo, porque esto y mucho más te los mereces.
Pasado el medio día, de retorno a la ciudad, te alcancé con cámara en mano frente a la comisaría de la Calle Lima, estaban tus amigos artistas, escritores y músicos, pero, era un grupo reducido, que en cada lugar donde gustabas estar o visitar, leyeron tus escritos, las cartas que te enviaron o los versos escritos por tus discipulos y tras de ellos estabas en tú féretro sobre una camioneta en medio de flores y coronas, decía, como es que el gran maestro no estaba paseando en hombros del pueblo, podía ser el pueblo tan ingrato; estabas ya ahí, después de despedirte de tu casa, luego cuando llegamos a la puerta del mercado Huanupata algunas humildes mujeres salieron a curiosear y otros a despedirse de don Fico como lo concían ellas.
Me dije a mí mismo y, creo que también así lo sentían tus amigos que te habían llevado por las calles de Abancay, que en la plaza de armas te estaba esperando una multitud, pero no fue así, sólo una banda de músicos levantó un velo triste en el ambiente, aún más triste se tornó en nuestros corazones cuando en la puerta de la iglesia había unos cuantos abanquinos y abanquinas, una sóla delegación de colegios y unos cuantos jóvenes que alistaban en cuatro llikllas tus libros, ante éste cuadro, vi el espíritu quebrantado de "Chillico" que regaba a raudales lágrimas gruesas sobre su rostro, incluso ya dentro de la iglesia sentado sobre una banca seguía sollozando, me acerqué para darle fuerza y luego lo hizo Genaro que después me dijo: " No me gustaría morir así, puede ser tan ingrato el pueblo con un hijo que ha dado todo por ellos", le dije, los buenos y grandes casi siempre son olvidados, hasta que con el tiempo recién será verdaderamente reconocidos.
Durante la misa, llegaron un poco más, entre ellos, delegaciones de estudiantes de diversos colegios, representantes de algunas insituciones, vi a lo lejos la discreta presencia del Presidente Regional Elías Segovia y su círculo, luego, en el trayecto al cementerio nunca más apareció.
Al salir de la iglesia, fue grande la emoción al ver que la multitud estaba esperando para acompañar al gran maestro, todos nos confudimos en medio de los discursos, las arengas, la música triste y el aroma de las flores llevadas por las manos delicadas de las jóvenes estudiantes.
He escuchado la voz firme de tu hija en la puerta del municipio pidiendo al alcalde que apoye en vida a los artistas y forjadores de la cultura apurimeña, palabras que arrancó sendos aplausos de los presentes; mientras que, el alcalde Noe Villavicencio luego nos instó a que nos comprometamos a leer más junto con nuestros hijos, dijo que el Maestro Federico Latorre Ormachea jamás dejará de existir; en ese mismo lugar estuvo presente el maestro Hermógenes Rojas otro de nuestros máximos exponentes de la literatura abanquina - apurimeña.
También, al frontis de la sede administrativa de la UNAMBA en la Av. Arenas te rindieron un homenaje, donde los estudiantes en coro leyeron tus libros y Amalia esposa de "Yaku" te cantó con voz dulce, suave, triste y penetrante, el "Aya Taki" de despedida al estilo de su pueblo que nos hizo llorar y sollozar a muchos que vamos a extrañarte.
Ya en la puerta del cementerio de Condebamaba, la profesora Marilú Borda en representación del Gobierno Regional entregó un reconocimiento a los famliares, ahí habló tus promociones el Sr. Soria y el profesor Abdón Concha y lo más emocionante fue ver en esta despedida al "Sureñito" que dijo: "Papá, sólo me estás adelantando, hasta pronto." y luego cantó un carnavalito que te gustaba mucho.
Fue, largo y pausado el caminar desde la iglesia hasta el cementerio en medio de discursos, remembranzas y muestras de cariño a ti maestro, ya bajo el manto de la noche entraste rumbo a tu morada eterna en medio de la música de los mariachis y la guitarra de Wiltamaru y Willy, es verdad como dicían en el momento de que no entraba tu ataúd al nicho que, todavía no era la hora de tu partida, pero, ya haz tomado la delantera inesperada, hasta siempre, maestro Federico, la semilla que sembraste pronto florecerá.