EL MUNDO DE HOY
Nido de serpientes humanas,
enjambre de avispas mundanas,
cueva de fieras maleantes,
es el mundo de hoy.
Venas transportando muerte,
sangre generando odio,
manos estrangulando amigos,
es el hombre de hoy.
Fango donde nadan bestias,
sombrìa noche de ciegos tortura,
prostìbulo de placeres engañosos
es el mundo de hoy.
Suelo de màquinas obedientes,
càrcel de hirientes palabras,
patìbulo de la tortura humana,
es el mundo de hoy.
Balcòn del discurso canalla,
templo del soborno maldito,
circo del estùpido espectador,
es el mundo del politiquero.
Escuela de la ignorancia terrible,
cìrculo de la revoluciòn interesada,
horizonte de la luz anacrònica,
es el mundo del fanàtico desmedido.
Culto del dios dinero,
pastor y ovejas descarriadas,
camino lleno de trampas y espinas,
es el mundo de hoy.
Abril 1993
Poesìas inéditas
APURIMAC
Apurìmac no es como siguen pensando,
una luna en medio del cielo azul,
una golondrina contemplando una flor,
una melodìa alegre cuando la lluvia cae.
Apurìmac, es dios articulando apenas
una queja en medio de mil fauces desoladas;
en medio del seco suelo y ardiente de la quebrada;
en medio de un cielo doloroso miserable;
en medio del corazòn del ichu, cocinado.
Apurìmac, es Cristo cargando sobre
su carcomido hombro una cruz ruda
hecha de eucaliptos mustios.
Es Cristo coronado
con espinas mortales de huarango;
es rodilla tullida
que avanza dando desgarrantes aullidos;
es un pàjaro desplumado de moribundos trineos.
¿Dònde està tu aire de paz y amor
que ayer respiraba al salir de mi casa?
¿Dònde estàn las lluvias de pètalos que caìan
cuando conversaba en una tarde de cita?.
Ahora los pulpos polìticos te han condenado
a masticar y gemir silenciosamente tu còlera.
Dicen que eres la joya escondida,
dicen que eres la perla de los andes,
de què hermosura me hablan,
si sobre ella estàn los piececillos descalzos,
los estómagos vacìos, los dìas sin pan.
No, no nos engañen,
Apurìmac, es un sueño ausente,
es una esperanza perdida,
es un eterno lamento de campesinos,
obreros y peregrinos sepultados,
es un a flor marchita, es una frente arrugada.
Miles de hombres
gritan de las profundidades de mi boca:
¿Hasta cuàndo de cuervos disfrazados de palomas?
¿Hasta cuando de nuestros pechos enfrentados a los plomos?
Serà quizà,
hasta que los andes brame y baje
como un alud a sepulta tanta maldad;
entonces, acariciaremos un Apurìmac poderoso,
como sus andes de blanca cabellera,
cantor y alegre como el murmullo de sus rìos.
Abancay, 28 de abril 1990
CUÀNTOS
Hoy, no sè cuántos me crucificaron en silencio
porque la verdad de mi pluma les hiriò.
Hoy, no sé cuántos me insultaron y maldicieron
porque canto las canciones de los pobres.
Hoy, cuántos habrán sido carnada de pólvora,
cuántos habrán sido arrojados al charco,
como el pez arrojado al río envenenado.
Hoy, cuántos habrán nacido a la muerte,
como nace una planta al sol candente.
Cuántos no llevarán a la boca un trozo de pan,
como aquel pajarillo de padres asesinados.
Cuántos soñarán en ser libres de la cárcel del mundo;
cuántos habrán enceguecido los ojos de tanto llorar,
porque de bolsillos nada sabe el hambre.
Cuántos al oír el canto de un gallo maldicen,
porque sus hijos no sólo les ha negado tres veces.
Cuántos como yo, sólo de amarguras se alimentan,
porque hay quienes claudican mis derechos.
Cuántos como yo, tan sólo cocinan tristezas en el alma.
15 de abril 1993.
Nido de serpientes humanas,
enjambre de avispas mundanas,
cueva de fieras maleantes,
es el mundo de hoy.
Venas transportando muerte,
sangre generando odio,
manos estrangulando amigos,
es el hombre de hoy.
Fango donde nadan bestias,
sombrìa noche de ciegos tortura,
prostìbulo de placeres engañosos
es el mundo de hoy.
Suelo de màquinas obedientes,
càrcel de hirientes palabras,
patìbulo de la tortura humana,
es el mundo de hoy.
Balcòn del discurso canalla,
templo del soborno maldito,
circo del estùpido espectador,
es el mundo del politiquero.
Escuela de la ignorancia terrible,
cìrculo de la revoluciòn interesada,
horizonte de la luz anacrònica,
es el mundo del fanàtico desmedido.
Culto del dios dinero,
pastor y ovejas descarriadas,
camino lleno de trampas y espinas,
es el mundo de hoy.
Abril 1993
Poesìas inéditas
APURIMAC
Apurìmac no es como siguen pensando,
una luna en medio del cielo azul,
una golondrina contemplando una flor,
una melodìa alegre cuando la lluvia cae.
Apurìmac, es dios articulando apenas
una queja en medio de mil fauces desoladas;
en medio del seco suelo y ardiente de la quebrada;
en medio de un cielo doloroso miserable;
en medio del corazòn del ichu, cocinado.
Apurìmac, es Cristo cargando sobre
su carcomido hombro una cruz ruda
hecha de eucaliptos mustios.
Es Cristo coronado
con espinas mortales de huarango;
es rodilla tullida
que avanza dando desgarrantes aullidos;
es un pàjaro desplumado de moribundos trineos.
¿Dònde està tu aire de paz y amor
que ayer respiraba al salir de mi casa?
¿Dònde estàn las lluvias de pètalos que caìan
cuando conversaba en una tarde de cita?.
Ahora los pulpos polìticos te han condenado
a masticar y gemir silenciosamente tu còlera.
Dicen que eres la joya escondida,
dicen que eres la perla de los andes,
de què hermosura me hablan,
si sobre ella estàn los piececillos descalzos,
los estómagos vacìos, los dìas sin pan.
No, no nos engañen,
Apurìmac, es un sueño ausente,
es una esperanza perdida,
es un eterno lamento de campesinos,
obreros y peregrinos sepultados,
es un a flor marchita, es una frente arrugada.
Miles de hombres
gritan de las profundidades de mi boca:
¿Hasta cuàndo de cuervos disfrazados de palomas?
¿Hasta cuando de nuestros pechos enfrentados a los plomos?
Serà quizà,
hasta que los andes brame y baje
como un alud a sepulta tanta maldad;
entonces, acariciaremos un Apurìmac poderoso,
como sus andes de blanca cabellera,
cantor y alegre como el murmullo de sus rìos.
Abancay, 28 de abril 1990
CUÀNTOS
Hoy, no sè cuántos me crucificaron en silencio
porque la verdad de mi pluma les hiriò.
Hoy, no sé cuántos me insultaron y maldicieron
porque canto las canciones de los pobres.
Hoy, cuántos habrán sido carnada de pólvora,
cuántos habrán sido arrojados al charco,
como el pez arrojado al río envenenado.
Hoy, cuántos habrán nacido a la muerte,
como nace una planta al sol candente.
Cuántos no llevarán a la boca un trozo de pan,
como aquel pajarillo de padres asesinados.
Cuántos soñarán en ser libres de la cárcel del mundo;
cuántos habrán enceguecido los ojos de tanto llorar,
porque de bolsillos nada sabe el hambre.
Cuántos al oír el canto de un gallo maldicen,
porque sus hijos no sólo les ha negado tres veces.
Cuántos como yo, sólo de amarguras se alimentan,
porque hay quienes claudican mis derechos.
Cuántos como yo, tan sólo cocinan tristezas en el alma.
15 de abril 1993.