El magisterio me ha dado la oportunidad de conocer a muchos
niños y niñas de las zonas rurales con extraordinarias
capacidades, habilidades y talentos,
ellos están en las comunidades campesinas y en el seno de familias humildes,
muchos de ellos sólo viven con sus abuelitos que hacen lo posible en educarlos
al menos hasta que terminen la primaria.
Voy a referirme a
Miguel, de 11 años de edad que
está cursando el sexto grado en la I.E
de Apumarca de la provincia de Cotabambas, es un niño tranquilo y sereno pero con un rostro entristecido que refleja el dolor y el
sufrimiento que lleva en su corazón, porque no conoce a su padre y muy poco ha
recibido el cariño de su madre que tiene otros hijos y
vive en otra comunidad; hasta el
momento no tiene ni DNI porque falta la
firma del padre que lo abandonó.
Después de unos meses de nacido fue rescatado por sus
abuelitos, porque la madre aún todavía muy
joven no podía como criarlo; así que los
abuelos decidieron tenerlo a Miguelito
prodigándole mucho cariño hasta que hoy ya es casi un hombre porque está a
punto de terminar su primaria.
Pero, su futuro es incierto, no se sabe si continuará o no
estudiando el colegio porque los abuelos
que ya son de avanzada edad son de precaria condición económica y lo peor ellos no están considerados en el
Programa Pensión 65.
En su institución educativa donde estudia todos lo quieren y
lo respetan, es que ha representado a la escuela en eventos
culturales porque tiene una
extraordinaria voz para cantar huaynos, es un eximio narrador de cuentos y
lector de libros de quechua que es su pasatiempo favorito, él dice que aprendió
a leer bien y comprender lo que dice los textos gracias a los libros de quechua
que están muchas veces tirados en el aula y que los profesores no le dan
importancia a pesar que saben que son quechuas.
En sus estudios está bien, es aplicado, hace sus tareas con
mucha responsabilidad, pero por esa faceta a él no lo conocen, es por su inclinación artística y su extraordinaria capacidad de
leer libros escritos en quechua en donde ha aprendido cuentos, leyendas e
historias de los pueblos; ahora, se prepara para ser reportero escolar
comunitario que hemos empezado a promover a través de la Red Educativa Rural
“Ñawinchasun”, está muy emocionado porque muy pronto su voz será escuchado en
la capital del distrito de Mara; como
hemos comprobado gracias a su capacidad
de desenvolvimiento, en el futuro podría
perfilar como un gran líder de la comunicación social que estos pueblos
necesitan mucho.
Así, en los pueblos del Perú Profundo hay niños y niñas
talentosos que muchas veces no tienen la oportunidad de seguir formándose, sus
padres o abuelos con quienes viven no tienen los recursos económicos para que
los apoyen; creemos que ahora que estamos en contienda electoral
los políticos piensen en estos niños y propongan proyectos o alternativas de
cómo ayudarlos a realizarse como personas o logren una profesión, ellos necesitan oportunidades y
apoyo para que logren sus sueños.
Señores autoridades, no
hagan que el círculo pequeño de la opulencia y la comodidad
en que
a veces están enfrascados les
hagan insensibles y ciegos ante estos problemas; esperamos que las próximas autoridades hagan algo por estos
niños y jóvenes de las comunidades campesinas olvidadas y marginadas.
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